lunes, 16 de abril de 2012

EL DÍA QUE MAMÁ PERDIÓ LA PACIENCIA



¿A dónde van las cosas que perdemos? ¿Esos calcetines que nunca aparecen, las llaves, los bolígrafos…? Quizá sea fácil encontrar cosas o, al menos, intentarlo, pero… ¿y si lo que se pierde es inmaterial? ¿Cómo lo buscamos? Mariú, la niña protagonista de El día que mamá perdió la paciencia, está muy preocupada porque su madre, aparte de perder las cosas normales, esta vez se ha quedado sin paciencia y Mariú se siente responsable, porque ha sido, en parte, por su causa y se pregunta “¿y dónde hacen paciencia o cómo se puede prestar”? Su padre no le contesta porque está muy ocupado y Mariú encuentra una aliada importante en Lía, una especie de hada, aunque ella se define como “una princesa winx, witch y sirena”. Lo bueno de Lía es que busca cosas perdidas. Gracias a ella, Mariú vivirá una aventura en el mundo de los sueños y aprenderá el valor de las cosas invisibles, pero esenciales como el hambre, el aburrimiento y, por supuesto, la paciencia.

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